miércoles, 2 de enero de 2013

NECESITAMOS REFORMA AGRARIA DEMOCRATICA NO DESARROLLO RURAL AL SERVICIO DEL GRAN CAPITAL

Un análisis de las políticas agrarias de las clases dominantes, en las que se mezclan: extranjerización de tierras, subastas al por mayor de títulos mineros y bloques petroleros, "restitución" de tierras y discurso de desarrollo rural, no debe olvidar que se trata de componentes de lo que en el Plan de Desarrollo "Prosperidad para Todos", se denomina la locomotora agropecuaria, que es en términos generales, la adaptación de las políticas agrarias del imperialismo a las necesidades de convertir a Colombia en una plataforma de inversión imperialista a partir de su transformación en una neocolonia de economía "emergente".

Esto exige nuevos elementos para discutir las transformaciones que en los últimos años ha tenido lo que se llama problema agrario, que en síntesis son:

1- Desde hace veinte años se ha dado un cambio en la organización de la producción internacional capitalista-imperialista como parte de la internacionalización de la economía del modo de producción capitalista, o sea un nuevo momento del desarrollo del imperialismo. Este proceso ha estado manejado por los grandes monopolios internacionales y al servicio del capital financiero internacional y de los países imperialistas o capitalistas desarrollados. Esta situación creó las condiciones para un importante empuje de las fuerzas productivas capitalistas al derribarse cada vez más las barreras arancelarias y otros obstáculos para el avance del mercado mundial capitalista, llevando en su afán de acumulación a poner en riesgo las bases de la vida en el planeta.

2- Ningún país del mundo quedó o está quedando por fuera de ese proceso depredador de los monopolios imperialistas, a tal punto que hoy día se está viviendo una concentración y centralización trasnacional en la industria, agricultura, comercio, bancos, transporte, telecomunicaciones, entre otros, transformando de esta manera el panorama político y económico del mundo y de países en particular.

3- La avidez y posibilidad de dominio de los monopolios internacionales en las economías de los diversos países, en especial los dominados por los países imperialistas, ha puesto en cuestión las formas de producción nacionales y está llevando a una mayor internacionalización neocolonial capitalista, aunque las clases dominantes de esos países no logran una real articulación del territorio nacional, que corresponda a este periodo.

4- Los megamonopolios imperialistas están presionando a escala global para apropiarse de tierras, para esto muestran la "supuesta"inviabilidad de las economías agrarias campesinas y de los pueblos originarios. En 2010 el Banco Mundial, a partir de investigaciones a su favor, planteaba que hay en el mundo 445 millones de hectáreas de tierra "mal utilizada" con potencial agrícola que no se están utilizando y están disponibles para los inversionistas. Desde 2001, en las naciones oprimidas se han vendido o arrendado casi 250 millones de hectáreas de tierra a "inversionistas internacionales" (según Land Matrix Partnership). Esta presión sobre la tierra está haciendo que "renazca" un nuevo interés por políticas agrarias a favor de los megamonopolios internacionales, se trata de acuerdos que especializan naciones y territorios para producir para los mercados internacionales de alimentos y de biocombustibles, socavando la soberanía alimentaria de los pueblos del mundo.

5- En Colombia este fenómeno se conoce como las políticas de la globalización imperialista en la forma del neoliberalismo en lo político, económico, ideológico y militar; proceso impuesto al pueblo colombiano y en especial al campesinado y a las comunidades indígenas y afro descendientes, por los Estados Unidos principalmente y por otros países como Canadá y de Europa, entre otros, y por medio de las agencias multilaterales FMI, Banco Mundial, OMC, que trabajan e imponen requisitos y programas de ajuste a favor de los monopolios internacionales y del capital financiero internacional. Cumpliendo esta orientación el Congreso colombiano adelanta una reforma constitucional que posibilita un mayor proceso de extranjerización de la tierra, además ya el 42% del territorio continental y marítimo está estudiado para ser entregado en concesiones.

6- Es esta nueva condición mundial la que está llevando a que se produzca la concentración y monopolización mundial de la producción y distribución de todos los aspectos de la cadena agropecuaria, en la maquinaria agrícola, tractores, segadoras, trilladoras controladas por el monopolio norteamericano John Deere, el comercio fertilizantes, fitosanitarios y relacionados con semillas; y la biotecnología controlada por grupos monopólicos como Monsanto, Bayer, Chemical Dow, Dupont, Singenta y BASF. En la producción y distribución de alimentos, empresas procesadoras de papas, las molineras, frutas y verduras, y otros alimentos; este sector está dominado por tres megamonmopolios como Nestlé AG, (que es el consorcio lechero más grande del mundo) Unilever, y Philip Morris. El comercio de cereales controlado por Cargill de los EEUU, Bunge, Luis Dreyfus, Mitsui and Company, quienes junto con Nestlé y Unilever realizan el comercio de soja. Sin olvidar que son los grandes bancos los que al final acumulan inmensas ganancias a costa del trabajo y sudor de los proletarios y semiproletarios agrícolas y de los campesinos. Los monopolios internacionales también se apropian de tecnología, saberes y patrimonio genético.

7- Un elemento muy importante de este modelo de acumulación capitalista hace referencia a la apropiación de tierras y territorios por parte de monopolios nacionales e internacionales, por medio de compra, arriendo y usufructo de territorios para megaproyectos agroindustriales, el agro- negocio y minero-energético de carácter imperialista y por medio de esta modalidad se genera un ordenamiento territorial alrededor de esos proyectos de inversión, en torno a los cuales se organiza la población y se generan relaciones sociales y de producción de las comunidades, subordinando las necesidades de los pueblos, del ecosistema y los derechos y diversidad de las comunidades. No es gratuito que analistas, activistas políticos y dirigentes sociales estén llamando la atención sobre lo que significa el modelo del "cerrado brasileño" y el modelo argentino de "sojisación de la agricultura", pues se trata de cómo puede convertirse la altillanura colombiana y la región de la Orinoquia, en algo parecido.

8- En todo esto debe tenerse en cuenta el efecto de la crisis económica financiera global que requiere de parte de los monopolios imperialistas, mayor ganancia por la creciente demanda de alimentos y el acaparamiento de tierras, como una de las formas de resolver ese problema y de dar rentabilidad a los inversionistas en plantaciones forestales, biocombustibles, alimentos, cultivos para la agroindustria. Todo ello requiere grandes inversiones de capital, grandes extensiones de tierra y seguridad jurídica, en detrimento de la soberanía nacional, agroalimentaria, protección del medio ambiente, y políticas públicas para el sector.

9- Agréguese a esto el desplazamiento forzado de más de cuatro millones de campesinos, indígenas y afro descendientes y el despojo de más de diez millones de hectáreas cultivables, destrucción o retención de enseres y maquinaria agrícola. Este despojo ha llevado a más concentración de la tierra y al mantenimiento del latifundio. De todos es sabido que la supuesta ley de "restitución de tierras" busca profundizar el control capitalista de las zonas rurales y el socavamiento de la pequeña y mediana producción agraria, que es entre otra la que garantiza la seguridad alimentaria de las zonas urbanas (35% de la dieta alimentaria de los colombianos).

10- Los tratados de libre comercio como el firmado con los Estados Unidos, el que se viene con Canadá y la Unión Europea, son lesivos a la soberanía nacional y vulneran la capacidad productiva y alimentaria, y desconoce el derecho de las comunidades rurales a la tierra y buscan eliminar su territorialidad, es decir sus modos culturales y económicos de habitar sus regiones.

11- Todo lo anterior se denomina "acumulación por desposesión", lo que significa que tanto las empresas monopólicas nacionales y extranjeras, los países imperialistas y las clases dominantes colombianas y su actual gobierno, acumulan a partir del despojo violento desconociendo, la diversidad cultural, la vida comunitaria de las poblaciones, y los derechos democráticos.

Lo que necesitamos es Reforma Agraria Democrática

El modelo de desarrollo rural guiado por la lógica de la "acumulación por desposesión" exige del campesinado, las comunidades indígenas y afro descendientes, junto con los obreros, trabajadores, intelectuales, y habitantes de los barrios populares, buscar mecanismos de articulación de las luchas para frenar las políticas de los imperialistas y clases dominantes colombianas y del gobierno de JMS, para el sector rural, en donde se coloque al frente la defensa de la soberanía nacional y agroalimentaria, los derechos democráticos, el derecho a la vida, el derecho a la tierra y al territorio, la defensa de la economía campesina, la protección del medio ambiente. Colombia no debe transitar por un esquema de desarrollo capitalista que expulse y destruya las economías de las comunidades campesinas, originarias y afrodescendientes, a la vez que pone en riesgo los ecosistemas y los sistemas protectores de agua.

Es necesario detener la locomotora agropecuaria, por cuanto no está al servicio del bienestar del pueblo, sino a favor de los megamonopolios. Necesitamos que en lo inmediato se ponga fin a la reforma que favorece la mayor extranjerización de la tierra, la venta de títulos mineros y petroleros en territorios de comunidades campesinas, indígenas y afrodescendientes, de pequeños pescadores y mineros artesanales.

No necesitamos más "revolución verde" que concentra e intoxica la tierra, por el contrario hoy es posible poner la ciencia y la tecnología al servicio de las necesidades reales de la sociedad y no del capital, articulando los saberes y las técnicas populares en materia agropecuaria y sobre el territorio, para garantizar la protección de la naturaleza, la soberanía y seguridad alimentaria.

Por último el problema agrario, en una perspectiva democrática hoy pasa por una amplia discusión en la que el pueblo y sus organizaciones decidamos que tipo de ordenamiento territorial urbano-rural se requiere, como se deben integrar las regiones y el carácter de las relaciones entre nuestros territorios y los demás países y Estados del mundo, y una verdadera restitución de tierras que devuelva los territorios y el control social sobre lo que se produzca y construya socialmente en ellos.

Movimiento por la Defensa de los derechos del pueblo –MODEP

Diciembre 17 de 2012

POR LA DEFENSA DE LOS DERECHOS DE LAS MUJERES, NO A LA VIOLENCIA CONTRA LA MUJER

El 25 de noviembre de 1981 fue declarado el día internacional contra la violencia hacia las mujeres en el primer encuentro feminista par...