Nosotros: obreros, campesinos, pobladores de barrios populares, estudiantes universitarios y de colegios, intelectuales, artistas; nos oponemos al avance de la intervención gringa en nuestro país, porque conocemos sus resultados. Somos parte de un pueblo que conoce las consecuencias de la nefasta guerra que ha desencadenado el Estado Colombiano por más de 50 años y que ha sido profundizada en los últimos años por la estrategia gubernamental de Seguridad Democrática, la cual ha recibido el beneplácito, financiamiento y apoyo de contratistas y el gobierno de los Estados Unidos.
Hasta la fecha ésta guerra nos deja la cifra más alta de desplazados del planeta, entre 3 y 4,6 millones de personas (cifras de CODHES- Consultoría para los derechos humanos y el desplazamiento), miles de muertos entre ellos: sindicalistas, periodistas, indígenas y líderes en general de la comunidad. Esta estrategia ha permitido la inserción sin el más mínimo condicionamiento de dineros de mega monopolios internacionales quienes se vienen lucrando de los bajos salarios, la baja carga tributaria del país (la mayoría de los impuestos, los paga la población en general y no los grandes empresarios) y las leyes que ponen a disposición nuestros recursos naturales a precios irrisorios.
En últimas, bajo el argumento de la lucha contra el terrorismo y el narcotráfico, se ha viabilizado la entrada de capitales extranjeros sin restricción, para el saqueo de nuestros recursos, la explotación de nuestro pueblo, el control de los rebeldes (no solo se refieren a las FARC, sino a todo aquel demócrata u opositor); mientras el narcotráfico y las hordas de paramilitares siguen libremente infiltrando aun más la nación.
Nosotros quienes hemos sufrido los rigores de esta guerra, sabemos que las intervenciones de los estadounidenses las paga el pueblo mientras ellos gozan de la inmunidad, el saqueo y el usufructo de nuestros recursos. Ahora los gringos y el gobierno Colombiano pretenden imponernos la misma política bajo el esquema de una supuesta cooperación haciendo presencia en las bases militares colombianas. Nos oponemos a esta política porque:
1. Vulnera la soberanía nacional colombiana con presencia de tropas extranjeras que operan sin control y bajo completa inmunidad, provocando un desequilibrio militar en la región, incentivando la carrera guerrerista por Latinoamérica y acentuando la polarización política. Esta situación puede desembocar en una peligrosa internacionalización de la guerra colombiana, con países que representan intereses contrarios a la hegemonía estadounidense en Latinoamérica como los gobiernos de Ecuador, Venezuela y Bolivia, entre otros.
2. Hace parte de la estrategia internacional Estadounidense para el control del hemisferio occidental. Se recorta la “ayuda al plan Colombia” para trasladarlo al Plan Mérida, compensando éste “desbalance” con la “cooperación” en las bases militares. Desde Colombia se pretende coordinar la IV flota estadounidense, el Plan Mérida de Méjico, la Base Palmerota en Honduras (la que sirvió para derrocar al líder Hondureño Zelaya) y hacer inteligencia sobre la Amazonía, el Pacifico y el Caribe para controlar zonas geoestratégicas, usufructuar territorios, controlar la población e inventar guerras y querellas con sus contradictores.
3. Esta nueva situación, incentiva los jugosos negocios de militares colombianos y gringos que mantienen grandes ganancias producto de la industria armamentista y la contratación de mercenarios.
4. La continuidad de la inmunidad diplomática que promueve la impunidad dentro de nuestro territorio, les permite a los militares gringos seguir cometiendo delitos atroces contra nuestras poblaciones.
Denunciamos:
1. A Álvaro Uribe Vélez y su gobierno como auspiciador y entreguista de nuestra soberanía, nuestras recursos y nuestro pueblo, al permitir el uso de las bases militares por militares gringos para operaciones fuera y dentro del país.
2. Denunciamos a los yanquis que en cabeza de Obama y su embajador en Colombia William Brownfield, bajo la diplomacia y un supuesto respeto a los Derechos Humanos, incitan guerras, desplazan poblaciones, roban recursos. Su estrategia es diplomacia y garrote, como lo viene haciendo en el oriente medio.
3. A los medios de comunicación que niegan el derecho de la población a tener información veraz, creando distractores, auspiciando peleas, impulsando una falsa defensa de la patria antagonizando con países hermanos.
Llamamos a:
Todo el pueblo, personalidades democráticas, revolucionarias, patriotas y nacionalistas, a la defensa de la patria; consideramos que el pueblo tiene derecho a su autodeterminación, a liberarse de cualquier yugo directo o indirecto de país extranjero. Nos unimos a las campañas y jornadas de movilización que se viene desarrollando en el país y en Latinoamérica.
MODEP, 20 de Agosto de 2009
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